04 de diciembre de 2013
Por Diego Rodríguez
Revoltijo
El día de ayer, 4 de diciembre, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) se presentó el clarinetista argentino Giora Feidman junto a la agrupación Gitanes Blondes.
Giora Feidman es considerado uno de los máximos exponentes tanto del clarinete como de la música Klezmer.
A parte de una larga y fructuosa carrera en el escenario, también tuvo su incursión al cine, al ser invitado por el director Steven Spielberg para interpretar los solos de clarinete en el soundtrack de la película “La Lista de Shindler” (1993).
Klezmer es un tipo de música tradicional judía, creada por los judíos idish de Europa del este más o menos en el siglo 15. Se empezó a tocar en fiestas religiosas como bodas y otras festividades importantes.
A finales del siglo 19 y principios del 20 la música Klezmer tuvo una influencia del jazz, principalmente en los músicos que emigraron a Estados Unidos.
Al encenderse las luces del escenario aparecieron en él los integrantes de “Gitanes Blondes”.En ese momento se empezó a escuchar un clarinete, pero no se veía al músico. Un reflector revelo su ubicación, al fondo del Foro, por la entrada principal y caminando por un pasillo que dividía en dos las “butacas” improvisadas, se acercaba poco a poco al escenario Giora Feidman. Finalmente subió al escenario y se incorporo a la banda que ya había empezado a tocar.
Mediante unos sonidos guturales invitaba a al público a imitar su voz.
En un momento pidió al público que cantará pues decía: “Cada vez que vengo a Guadalajara, la gente canta mejor”. Tras interactuar un poco con el público, continuó el concierto. Llenando con esa energía que tanto caracteriza a este tipo de música.
Nuevamente Giora tomo el micrófono y dijo: “Dios nos dio esta vida para amar, no para destruir […] hay una tradición que nació en Chile y dice: gracias a la vida. Permítanos interpretar estas notas que dicen: Gracias a la Vida”. Al retirarse del micrófono empiezan a interpretar Gracias a la Vida de Violeta Parra.
Concluyendo esta pieza y sin dejar una pausa muy grande empezaron a tocar unas notas que ocasionaron la ovación del público, Cielito Lindo. La cual conectaron con una mezcla de un violín muy mexicano y una pisca de Israel.
Y la combinación de estilos no terminó ahí, pues también interpretaron una pieza tradicional irlandesa. Ya en estos momentos mucha gente que estaba de pie había empezado a bailar y aplaudir al compas de la música.
Este es otro concierto que se va al baúl de los recuerdos. Fue una grata experiencia el haber podido ver tocar en vivo a este gran interprete del clarinete.
Texto e imágenes: Diego Rodríguez
Posted 5 de diciembre de 2013