CELIA CRUZ
Comenzó su carrera en su natal Cuba, alcanzando reconocimiento como vocalista del popular conjunto musical la Sonora Matancera, asociación musical que se prolongó durante quince años (1950-1965). En la década de los sesenta, tras el triunfo de la Revolución Cubana, Celia abandona su país natal, convirtiéndose en uno de los símbolos y portavoces de la comunidad cubana en el exilio.5 La cantante continuó su carrera, primero en México, y luego en Estados Unidos, país que tomó como su residencia definitiva. En la década de los setenta se incorpora de lleno al género de la salsa, especialmente tras su asociación musical con otros artistas del género dentro de la Fania All Stars. Durante los últimos años de su carrera, Celia Cruz se había convertido ya en un mito de la música latinoamericana. Su constante evolución en el mundo de la música le ayudó a permanecer vigente prácticamente hasta su muerte y conquistar a nuevas generaciones de seguidores. Su carrera formó un legado invaluable y referencia ineludible para las futuras generaciones que descubren en ella una impactante y prolífica fuente de inspiración. Algunas de las canciones interpretadas por ella forman parte del patrimonio cultural de Latinoamérica. Entre las más famosas se encuentran Quimbara, Burundanga, La vida es un carnaval, La negra tiene tumbao, la versión salsa de Yo viviré, entre muchas otras más.6 Su legado musical lo conforma un total de 37 discos de estudio, además de muchas otras grabaciones especiales, discos en vivo o asociaciones con otros cantantes. En su carrera fue galardonada con numerosos premios, reconocimientos y distinciones, incluyendo dos Grammy y tres Grammy Latinos. Además de su prolífica carrera en la música, también realizó algunas intervenciones puntuales como actriz en películas y telenovelas.